(!)

Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


martes, 31 de enero de 2012

Diario de una atleta (microrrelato 2011)


Estoy con aquel que me ha acompañado en situaciones semejantes... mi nerviosismo. Cierro los ojos y respiro hondo, pero no se va. Cada vez se vuelve más amenazador. Y por fin... suena el disparo. Seguidamente desaparece la angustia que me estaba atormentando segundos antes. Ahora sólo quedo yo. En medio de dos líneas con un único objetivo, seguir.
Centro de muchas miradas, de gritos de ánimo. Son murmullos, a penas los oigo. Saltan, dan palmadas, siempre atentos. Ya falta poco, tan sólo unos metros. Tú puedes; aguanta; no te rindas; lucha;…
Cuando la fatiga va ganando terreno y las piernas a duras penas responden, caigo. Duele. Miro a mi alrededor: unos ríen, otros lloran. Yo… no estoy, simplemente eso. Me abrazan, están ahí, conmigo. Sonrío con el poco aliento que me queda… Pero volveré –pienso. Porque el verdadero éxito no significa conseguir la victoria. Sino saber levantarse tras una caída, como esta.
Los miro, vuelvo a sonreír, abrazo, estoy ahí,… –Volveré.



lunes, 30 de enero de 2012

Microrrelato 2010


Era martes, o quizás miércoles…
Abrí los ojos casi incapaz de mantenerlos y me vi tirada en una playa, el mar me deslumbraba. Asustada me puse en pie, ¿dónde estaba? Miré a mi alrededor y pronto supe que aquel sitio no era habitado: no había edificaciones, ni desperdicios en la arena, solo vegetación. Confusa miré al cielo, me tranquilizó verlo, brillante como siempre iluminaba el lugar; lo veía distinto, sus rayos no me asustaban, y es que allí él no era un enemigo. El cielo, despejado de humos, lucía un azul intenso. Una brisa cálida golpeaba las copas de los árboles, sin violencia. Las únicas huellas en la arena eran las de las gaviotas que paseaban sin miedo. No había rastro de pobreza, ni de catástrofes; todo estaba en calma. Y es que allí no habitaba ningún ser capaz de diseñar para destruir.
Me tumbé en la arena, y el propio silencio fue la nana que me sumergió en un profundo sueño. Tal vez ni siquiera fue un martes, ni un miércoles, y quizás ni siquiera fue un día de la semana. Lo más probable es que aquel lugar sólo fuera fruto de mi imaginación.


domingo, 29 de enero de 2012

Querido poder:


Algunos obvian lo que sucede y tan solo se preocupan por la imagen, se hacen llamar políticos y su único trabajo es prometer.
Tendréis la última palabra pero, ¿desde cuando tenéis la correcta?
Vosotros manejáis el mundo, lo manipuláis y os jactáis de vuestras acciones que, si son las necesarias, ¿desde cuando un desastre lleva a la paz?
De pequeña solían decirme "hoy estudia mucho y mañana no tendrás problemas", ¿sabéis? hace tiempo que no lo escucho. Vivimos con miedo, con desesperación; algunos enloquecen y otros luchamos para llegar al principio de un largo camino, en donde muchísimos se han quedado estancados.
Estoy decepcionada y desilusionada; muy pronto, lo sé. Pero cada día aparece algo nuevo que calienta la rabia en mi interior, y la impotencia.
Si de verdad dejamos nuestro futuro en vuestras manos tan sólo os pido una cosa: madurad.




Oscura tormenta.


Siento que me falta aire, aire para afrontar todo el peso que atosiga constantemente. Cada idea por cambiar este mundo despiadado queda suspendida en el aire, tan solo son palabras que nunca llegarán a ser escuchadas, nunca lo fueron.
Cada lágrima de egoísmo equivale a cientos de hambre, cada corazón roto a otros mutilados.
Mientras unos realizan sus quehaceres rutinarios otros tantos luchan por mantenerse a flote, por continuar existiendo con lo que les queda, o sin nada. Mientras un niño juega otro dispara.
Vivimos en una constante y oscura tormenta, la típica actualidad.