Estoy con aquel que me ha acompañado en
situaciones semejantes... mi nerviosismo. Cierro los ojos y respiro hondo, pero
no se va. Cada vez se vuelve más amenazador. Y por fin... suena el disparo.
Seguidamente desaparece la angustia que me estaba atormentando segundos antes.
Ahora sólo quedo yo. En medio de dos líneas con un único objetivo, seguir.
Centro de muchas miradas, de gritos de ánimo. Son murmullos, a
penas los oigo. Saltan, dan palmadas, siempre atentos. Ya falta poco, tan sólo
unos metros. Tú puedes; aguanta; no te rindas; lucha;…
Cuando la fatiga va ganando terreno y las piernas a duras penas
responden, caigo. Duele. Miro a mi alrededor: unos ríen, otros lloran. Yo… no
estoy, simplemente eso. Me abrazan, están ahí, conmigo. Sonrío con el poco aliento
que me queda… Pero volveré –pienso. Porque el verdadero éxito no significa
conseguir la victoria. Sino saber levantarse tras una caída, como esta.
Los miro, vuelvo a sonreír, abrazo, estoy ahí,… –Volveré.