(!)

Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


domingo, 29 de abril de 2012

Cosas de pies


Aquella monótona melodía me arrancó de mis sueños, una vez más; como cada mañana. Otro lunes, como otros tantos, ¿la diferencia? el pie izquierdo se ha adelantado al pie derecho. Parece ser algo tan simple como lo es el primer bostezo, pero es algo que te arrastra el resto del día.. o eso dicen.
Mi mente en blanco me lleva a la cocina, me prepara mi rutinario tazón de cereales chocapic, y cuando cobro la noción del tiempo, mi reloj me recuerda que tengo tan solo cinco minutos para hacer el resto: rebobina una película hacia delante y me hallarás ya en la calle.
El autobús a lo lejos, ¿no puedes soportar el peso de la gravedad? ¿esos 30 segundos que llegas tarde? se fue. Aprieto bien la mochila y echo a correr.
Durante esos últimos metros de asfixia, ya a las puertas del instituto, me bombardean toda clase de preguntas, desde la clase a la que tengo que ir hasta el motivo que me ha llevado a aquella situación, ¿es el lunes?, ¿o tal vez la gravedad?, ¿quizás esos 30 segundos? Mientras tanto, el pie izquierdo se ríe de mi.




viernes, 6 de abril de 2012

La tarde de los pájaros


Las nubes han pactado con el viento hacer de ésta una tarde gris. Ahora él les recuerda que viajan a su antojo, que tan solo son un montón de vapor, y ya quiebra algún paraguas.

Abajo, la multitud se lamenta: lloran por sus tronos; despiden ira y más de uno te ofrece un insulto a cambio de tu paso. 
Sin embargo, alrededor de ese montón de escarcha ilusoria, los pájaros juegan como si de esquivar gotas se tratase; ahora que aquellos están distraídos, éstos pueden volar tranquilos.

Son los días como éste los que prefiero hacer de mi habitación mi refugio; de mi mesa, mi soporte; de este trozo de papel, mi tarde; y de este perspicaz lápiz, mi consuelo.



martes, 3 de abril de 2012

Dos soles que, con tiempo y viento, olvidarían.

Soñaba con ser tiempo,
para hacer indestructibles
las agujas latentes
de este atormentado reloj.

Siendo el sol podría hacer día
de estas profundas noches,
en las que la oscuridad
es la que amenaza, y me vacía.

Soñaba con ser viento
para borrar toda prueba
de este, mi amor sincero.

Quiero ser el olvido;
las sonrisas están rotas:
ya no ríen, sólo lloran.
Saciar mi llanto con despido.

Y por fín, llenar de vida
aquellos ojos dolidos
de tristes despedidas.