(!)

Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Como la trucha al trucho.



Esta mañana, justo a unos minutos del amanecer,
mientras nadaba entre sábanas y acunaba mis pies,
te buscaba.

Me enredé entre el suavizante que desprendían
hasta que perdí el calcetín que aguantó la noche.

Era extraño no encontrarte todavía, acariciándome,
y reflejando mi legañosa cara matutina ...
aquella en la que te empeñas ver belleza.

Y después,
cuando ya los rayos se colaban entre las rendijas
con ansias de alcanzar cada rincón de mi habitación;

hallé los restos de tu olor en mi piel.

Entonces, la ventana reventó,
y esta vez fueron  los cuatro vientos los que gritaban,
mientras calaban en mis poros el pesar de tu ausencia.

Pero una nota bastaría,
para recordarme que tu sonrisa siempre me besaría.




Como la trucha al trucho,
te escucho,
cara de cartucho.



sábado, 2 de marzo de 2013

Tú que me escuchas.


Tú que me escuchas, aunque a veces no me oigas,
mi conciencia, 
nunca me dejes sola.

Te aferras a mi existencia, y ni el más bruto estornudo
consigue desgarrarte de esta cabeza cabezota.

Hiciste la sorna mi ley, 

vacunándome así de cataclismos y lanzándome,
no huyendo, sino encarando viles prejuicios;
me sostuviste cuando alguien me dio de golpe.

Me empujaste a favor cuando llevaba carrerilla, 
y cuando las piedras se levantaban  

alzaste mis pies para no enfangar mi cuerpo.


Me piropeas cuando me quedo estática ante el espejo,
te burlas, cuando se sube mucho mi ego.

Cuando la evasión pasa de perder a desorientar,
me traes de vuelta a la órbita de origen, 
sin estragos.

Me dejaste llorar cuando lo necesitaba, 
contagiándote, lloramos juntas;

Me secaste las lágrimas que creíste excesos,
y aprendimos a comprendernos.


Bailemos un vals sin suelos, ni techos antigravitatorios,
levitemos, y fundámonos en esta viva y misma persona.





jueves, 31 de enero de 2013

Inocente inocencia.



Crecí sana, feliz, e inocente .
Inocencia.
¿Qué es la inocencia?
Algún día mis padres me enseñaron lo mal que estaba mentir.
Un hecho que tomaba como regla era el de "los adultos siempre dicen la verdad", entonces, mientras fuera pequeña jamás podría llevarle la contraria a alguno. 
Amigos y Amigas, os traduzco aplicando a la vida real: y es que, mientras conservara mi inocencia, jamás llegaría a entender las sucias mentiras del mundo. 
Y ésto es, entender que la maldad no es mera fábula y que los cuentos de hadas son pura metáfora. Encontramos al dragón, el  malo maligno, representando nuestro gobierno, corrupto hasta la médula; luego está la corona, valiente, valiente mentirosa. 
¿Qué decir de la bruja malvada, que con hechizos se camuflaba? Ahora encontramos sus conjuros en las cartillas de la -banca- todas a merced de su tiranía.

La corona queda limitada por el dragón, aunque a veces haga ademán de rebeldía. El dragón controla todo con su mayoría absoluta. Y la bruja doma al dragón, lo arrodilla, aplastándolo y reduciéndolo a minoría. 
Entonces, ¿dónde está Democracia en esta injusta fábula? Tendremos que hallar una vez más el fuego para recuperar la voz. 

Baules, desenterrad las antorchas de vuestra madera pesada; Pueblo, desafía a la ventisca y deshazte del pijama de oveja mansa, pásate un rastrillo y acorrala a esta alegoría.
Machaquemos a Corrupción, y echemos las rejas ahogándola en el profundo pozo.
 
Paren el mundo, para que se bajen ellos. 


Inocencia, ¿qué fue de ti? 


domingo, 27 de enero de 2013

Inolvidable Amigo:






Tienes razón, iba a decirte: es triste,
y es cierto: estamos solos en ésto. 
Porque somos nosotros mismos
los que echamos a andar, y seguimos.


Quedarían así cuatro versos incompletos,
¡a la mierda los sentimientos!(?) :


Nunca digas nunca, nunca digas siempre;
ante todo, ésto es presente.

Ahora la vida moldea, nos somete a elegir;        
entre todo lo que nos rodea de quién prescindir.


Y es que no se pierde una amistad,
es ella la que se deja perder.
Pero gracias a su fuga,
valoramos más lo que tenemos.


Y por lo que a mí respectas...

Me gustas. Te amo. 
Amo que me gustes, no hay amos, ni cadenas.

En ésto consiste mi amistad; 
me pondría en riesgo si éste te situara en el abismo,
no por deuda, ni favor. Tampoco por corazón:
dejémoslo a un lado, porque sólo ese hace daño.

Como la paciencia es virtud, la amistad es espera:
sin rencor, ni agobio; con confesiones y evidencias.

No te duermas entre tenaces pesadillas,
coge el escudo y aguanta,
porque los dragones jamás podrán carbonizarte.

Tampoco hay que temer a Soledad, siempre escucha,
y en las malas busca mi sonrisa de repuesto,
aquella que enmarcó para los pérfidos vendavales. 

Querido e Inolvidable Amigo,
me gustas. 
Y amo incondicionalmente tu pedazo en mi vida.




De vuelta, una noche más.


Era tarde.
Mi respiración acompañaba el parpadeo incesante de aquella farola,
 que de la noche se hizo cómplice.
Los semáforos ahogaban su ámbar, a la espera ,
aguardando la espesa niebla.
La calle jugaba a estrecharse, furiosa por no hallar esquinas suficientes 
para hacerse laberinto y perderme.
Sombras entre sombras; 
Desahucios a las puertas de La Devastadora, 
aquella que arrojó a las tinieblas corderos sin noción ni certezas. 
De vuelta.
Ciudad Muerta ya no ríe, 
tan solo llora esperanzas mientras consume los últimos estragos del Invierno; 
asfixiando el eco de ésta, 
mi calle. 

sábado, 5 de enero de 2013

Conmigo misma.




En mí
la sangre hierve,
baja precipitada por no agonizarse,
acompañando así el bombeo;
sube ahogada por no estancarse.

Para que me escuchen mis tripas,
me oigo,
entre atragantes de esófago,
musitando veraces alegorías
para revolucionar mi estómago.
  
Una vez más, en éste,
siento un rajante cosquilleo,
en mí
él juega a enamorarme;
para después digerirlo.

¡No odio a Soledad!
Ayer quedé en ella, conmigo misma.
Y soy, sin duda,
mi mejor compañía.


martes, 1 de enero de 2013

Balance de 2012.



No puedo hacer balance de 2012, porque en un año hay demasiada sustancia como para poder sacar una única conclusión. Y más de éste, que ha supuesto una explosión anímica y emocional en todos los sentidos.
Recordándolo ahora; aquí, conseguiré cerrarlo y así no me pesará mañana, cuando venga a flaquear.

Todo empezó con la última uva de 2011. Lo que me esperaba, ni yo misma lo imaginé así. Quizás ahí estuvo el encanto.

Fue una buena entrada de año, en la que desemboqué en un pueblo de por ahí y, era tal la resaca, que ni el mejor disfraz disimularía. ¿Por qué acabé allí? Digamos que los motivos no faltaron.

Por Marzo le dije adiós a todas mis redes sociales, excepto a ésta.. y es que es la única vía para sincerarme conmigo misma. Necesitaba despejarme, explicaciones en el aire.

A lo largo del año he intentado convencerme de que lo mejor era no recordar, que no es olvidar, y ésto me trajo un importante bloqueo; lo encontré en alguna de estas entradas, y lo hice de frente, así no ha vuelto a joder. Y ahora, consigo recordar sin que duela; dicen que es así como se siente cuando algo está totalmente superado, y yo lo corroboro.

Mis días dejaron de centrarse en mi desarrollo como atleta; mi cabeza me obligó a sacarlo de mi rutina, y a dejarlo aparcado por una buena temporada, esperando confianza.
Así se fueron algunas restricciones que, normalmente, conlleva ese estilo de vida.

Ahora, hay nuevas caras, como cada año, y algunas demasiado especiales.
También hay sombras que me acompañaron alguna noche, y en la misma se consumieron; no trajeron pesares.

Sin duda, una de las cosas que más ha marcado este año ha sido el resurgimiento de una gran amistad que quedó estancada, pero nunca olvidada. No sé cómo he podido estar más de dos años sin ella, pero ahora sé que no podría seguir mañana sin tenerla a mi lado.

El verano de los 18, el de las leyendas urbanas que prometían ser el mejor.. y así fue.
Una semana indescriptible en Conil, cargadísima de independencia entre amaneceres de playa. En la que afianzamos amistades que ya teníamos de antes.
Otra entre Jaén y Motril, tres amistades que se unieron por el mundo del atletismo, y que seguirán pisando fuerte.
Y por último.. el mes, entre agosto-septiembre. El mes. Porque si me tengo que quedar con alguno en concreto, elijo ese, entre Almería-Córdoba. No es una amistad, porque es tan grande lo que siento por ella que ni con infinitas entradas podría quedarme satisfecha, y es que no hay algo único que nos una. Al fin y al cabo (al fin del puente romano hasta el Cabo de Gata) fuimos y seguiremos siendo la misma persona.
Un fin de semana en Sevilla en el concierto de Extremoduro (que unió a los bebés del mundo).

Y qué decir, de estos últimos meses. Un nuevo comienzo, en el que todo es nuevo.
En el que se resume en viajes de tren cada mañana, y jornadas echadas en el campus, con nuevas caras también. Gente grande.

2013, dónde has guardado el cuerpo de repuesto? Anoche perdí algo más que mis pies. Una gran noche, por cierto.