(!)

Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


sábado, 2 de marzo de 2013

Tú que me escuchas.


Tú que me escuchas, aunque a veces no me oigas,
mi conciencia, 
nunca me dejes sola.

Te aferras a mi existencia, y ni el más bruto estornudo
consigue desgarrarte de esta cabeza cabezota.

Hiciste la sorna mi ley, 

vacunándome así de cataclismos y lanzándome,
no huyendo, sino encarando viles prejuicios;
me sostuviste cuando alguien me dio de golpe.

Me empujaste a favor cuando llevaba carrerilla, 
y cuando las piedras se levantaban  

alzaste mis pies para no enfangar mi cuerpo.


Me piropeas cuando me quedo estática ante el espejo,
te burlas, cuando se sube mucho mi ego.

Cuando la evasión pasa de perder a desorientar,
me traes de vuelta a la órbita de origen, 
sin estragos.

Me dejaste llorar cuando lo necesitaba, 
contagiándote, lloramos juntas;

Me secaste las lágrimas que creíste excesos,
y aprendimos a comprendernos.


Bailemos un vals sin suelos, ni techos antigravitatorios,
levitemos, y fundámonos en esta viva y misma persona.





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