(!)

Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


martes, 1 de enero de 2013

Balance de 2012.



No puedo hacer balance de 2012, porque en un año hay demasiada sustancia como para poder sacar una única conclusión. Y más de éste, que ha supuesto una explosión anímica y emocional en todos los sentidos.
Recordándolo ahora; aquí, conseguiré cerrarlo y así no me pesará mañana, cuando venga a flaquear.

Todo empezó con la última uva de 2011. Lo que me esperaba, ni yo misma lo imaginé así. Quizás ahí estuvo el encanto.

Fue una buena entrada de año, en la que desemboqué en un pueblo de por ahí y, era tal la resaca, que ni el mejor disfraz disimularía. ¿Por qué acabé allí? Digamos que los motivos no faltaron.

Por Marzo le dije adiós a todas mis redes sociales, excepto a ésta.. y es que es la única vía para sincerarme conmigo misma. Necesitaba despejarme, explicaciones en el aire.

A lo largo del año he intentado convencerme de que lo mejor era no recordar, que no es olvidar, y ésto me trajo un importante bloqueo; lo encontré en alguna de estas entradas, y lo hice de frente, así no ha vuelto a joder. Y ahora, consigo recordar sin que duela; dicen que es así como se siente cuando algo está totalmente superado, y yo lo corroboro.

Mis días dejaron de centrarse en mi desarrollo como atleta; mi cabeza me obligó a sacarlo de mi rutina, y a dejarlo aparcado por una buena temporada, esperando confianza.
Así se fueron algunas restricciones que, normalmente, conlleva ese estilo de vida.

Ahora, hay nuevas caras, como cada año, y algunas demasiado especiales.
También hay sombras que me acompañaron alguna noche, y en la misma se consumieron; no trajeron pesares.

Sin duda, una de las cosas que más ha marcado este año ha sido el resurgimiento de una gran amistad que quedó estancada, pero nunca olvidada. No sé cómo he podido estar más de dos años sin ella, pero ahora sé que no podría seguir mañana sin tenerla a mi lado.

El verano de los 18, el de las leyendas urbanas que prometían ser el mejor.. y así fue.
Una semana indescriptible en Conil, cargadísima de independencia entre amaneceres de playa. En la que afianzamos amistades que ya teníamos de antes.
Otra entre Jaén y Motril, tres amistades que se unieron por el mundo del atletismo, y que seguirán pisando fuerte.
Y por último.. el mes, entre agosto-septiembre. El mes. Porque si me tengo que quedar con alguno en concreto, elijo ese, entre Almería-Córdoba. No es una amistad, porque es tan grande lo que siento por ella que ni con infinitas entradas podría quedarme satisfecha, y es que no hay algo único que nos una. Al fin y al cabo (al fin del puente romano hasta el Cabo de Gata) fuimos y seguiremos siendo la misma persona.
Un fin de semana en Sevilla en el concierto de Extremoduro (que unió a los bebés del mundo).

Y qué decir, de estos últimos meses. Un nuevo comienzo, en el que todo es nuevo.
En el que se resume en viajes de tren cada mañana, y jornadas echadas en el campus, con nuevas caras también. Gente grande.

2013, dónde has guardado el cuerpo de repuesto? Anoche perdí algo más que mis pies. Una gran noche, por cierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario