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Acabas de llegar a Mi Rayada Mental.
Recuerda echar la llave al salir, no quieras que brote lo encerrado.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Tengo días, como éste.



No me lo tengas en cuenta, entrañable papel, si no puedo evitar arañarte con este lápiz. La pago contigo, lo sé; tú eres el que me lee enseguida sin rechistar, el que entiende sin más.
Tengo muy poco tacto, y es que nunca me he parado a preguntarte. Perdóname, y concédeme más espacio porque esto tengo que soltarlo.

Pasan años. Las circunstancias son las que me presentan cada etapa, y la vida, brindándome cada vez más independencia, es la que me enseña.
En mi experiencia llevo esperanzas y desilusiones; interminables esperas que pronto cesaron; llevo alguna relación que terminó ahogando; caprichos desgastados; innumerables tazones de cereales; desvaríos entrehoras. También, algunos besos que a nada me supieron; abrazos que cortos se quedaron.

Lloré el vacío, y al vacío.
El vacío me lloró, vacío.
Hasta que juntos aprendimos a completarnos.

Tengo recuerdos desde hace demasiado, pero nunca es suficiente; no me quejo, aunque a veces nublan los recientes.
Un día supe de quien apartarme, y algunos terminaron yéndose. Otro, aprendí que no un clavo cualquiera saca a otro. Y al siguiente, dejé de conformarme con lo malo, saqué lo bueno y lo hice de frente. Así dejó de atormentarme.
Tengo amigos, contados, por los que velaría, y a los que en sus malas sanaría con mi propio pellejo. No puedo reprocharles nada.
Tengo días, como éste.
No me gusta quejarme; astutas excusas me encuentran. Hago una vez acto de presencia, dos como mucho.. y si no hay más sombras a mi sombra, ya me escuchas tú, claro papel.



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